En medio de la fuerte tensión interna en Juntos por el Cambio a nivel nacional, un riesgo de romperse por el «factor Schiaretti», el expresidente Mauricio Macri juzgó a fondo sus archivos en su visita al km 0 del cambio.

Encuentro con el arco empresario en la Bolsa de Comercio, junto al candidato a gobernador Luis Juez, el líder del PRO jugó de local e identificó como un cordobés más en su rechazo a la incorporación del gobernador Juan Schiaretti a Juntos por el Cambio.

La postura del fundador del espacio -música para los oídos de Juez- significó un contrapeso a la mirada porteño-centrista que el machacó la dirigencia cambiamita cordobesa a los referentes nacionales ante el «factor Schiaretti».

Desde tribuna empresaria, y en medio de la campaña electoral provincial, Macri alzó su voz critica -con tonada cordobesa- a la movida «improvisada» y «especulativa» en el plano electoral de sumar al líder del PJ cordobés a la coalición opositora a 8 días de que venza el plazo para presentar alianzas para participante de las PASO.

«Es irrespetuoso para nosotros, los cordobeses», afirmó el expresidente ante el círculo rojo en una crítica abierta a la jugada de Horacio Rodríguez Larreta, a la que se sumaron los radicales Gerardo Morales y Martín Lousteau, en medio del rechazo de la tropa cambiamita cordoba.

“No nos gusta a los cordobeses que se metan en casa a dirimir cosas”, cuestionó Macri al compartir el reclamo de Juez, y alertó que por “una cosa improvisada (…) por especulaciones electorales” se está poniendo “en riego todo”, al reconocer el poder de daño destructivo de esta «bomba» para la coalición opositora.

Flanqueado por el postulante a la gobernación de JxC, y en su muestra de apoyo explícito, el exmandatario lo paró a Schiaretti en la vereda K. Sin medias tintas, Macri dijo que “el Gringo Schiaretti acompañó la mayoría de las leyes destructivas que el kirchnerismo votado».

“Hubo trabajo; hubo respeto; hubo diálogo interno”, advirtió el exjefe de Estado al plantar las marcadas diferencias entre el caso del peronista Miguel Ángel Pichetto, cuando se incorporó a Cambiemos, de lo que ahora impulsivo Rodríguez Larreta y Morales de sumar a Schiaretti.

En ese plano, comentó: «Esto es lo que tiene que haber si no queremos destruir esta piedra fundamental que ha sido esta coalición todos estos años. Sino, estamos poniendo en riesgo todo por una cosa improvisada, por especulaciones electorales».

Ante la movida larretista, Macri contragolpeó: “Acá no hay que especular”. Así, reforzó conocidas críticas contra los promotores de la jugada, a las que calificó de meramente electoralista. «La Argentina necesita convicción en serio con el cambio, con el para qué», remarcó el exmandatario en referencia a su segundo libro. Minutos antes, Juez había dicho: «O somos el cambio o no somos nada».

En medio de la fuerte tensión en JxC y por el escenario electoral, el líder del PRO envió su mensaje a la cambiamita interna: «¿Para qué queremos volver a pedir la confianza de los argentinos?» Para hacer algo realmente distinto de lo que se ha hecho en las últimas décadas. Para poner a la Argentina por los próximos 20 años en el sendero del progreso y el crecimiento”, remató.

A 8 días del plazo de presentación de alianzas por participante de las PASO, Macri insistió en que la planta del binomio Rodríguez Larreta-Morales de sumar a Schiaretti por sustento al no ser una propuesta programática, “sin ningún modelo común, sin declaración de «aunque fue más duro cuando habló de una movida encarada «subterráneamente» y «unilateralmente».

Al hacer control de daño en base a las expresiones vertidas en los medios por los distintos referentes nacionales de la coalición, el expresidente manifestó que no ve que “el tema esté superado” y por ello, pidió “reflexión”. Y completando: «La improvisación no es una buena consejera… las cosas no pueden ser superficiales».

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