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- BBC Mundo, La Habana
Suele ser un destino turístico, pero hace unos días la Finca Vigía, la casa del escritor estadounidense Ernest Hemingway en La Habana, recibió a dos invitados especiales: los nietos del novelista, John y Patrick, quienes viajaron a Cuba para celebrar el 60 aniversario desde que su abuelo recibió el Premio Nobel de Literatura.
Junto a ellos, había un grupo de científicos marinos de Estados Unidos que también se interesaron por los escritos de Hemingway.
Pero no en sus novelas, como «El viejo y el mar», sino en sus diarios y cuadernos de pescador en las costas cubanas.
En los cree que pueden encontrar datos clave para estudiar la evolución de las poblaciones de algunas especies de peces del Caribe.
pescador «naturalista»
«Cuando la gente piensa en Hemingway, piensa en el ‘gran cazador blanco’, los trofeos en la pared, las fotos de él con leones y búfalos o sus cuentos de las corridas de toros en Pamplona», dice BBC Mundo Jeffrey Boutwell , uno de los principales científicos de la delegación.
«Pero hay un lado de Hemingway como naturalista que muchos desconocen».
Los biólogos creen que los cuadernos de pesca de Hemingway de sus viajes en el Caribe a bordo de su famoso barco ‘El Pilar’ podrían representar un verdadero tesoro de información sobrio los cambios en la salud de las esspecies de marlín (también conocido como pez aguja y emparentado con el pez espada), atún, pez emperador y tiburones en los estrechos de la Florida.
“Era un hombre muy meticuloso”, dice el Dr. Boutwell.
“Además se encontrarán diarios en observación de condiciones meteorológicas, fauna en los estrechos de Florida, los mares, las corrientes”.
«Esperamos poder ver mucho de lo que había en los años 1930, 40 y 50 cuando Hemingway pescaba ahí, que hoy día quizás no haya, por sobrepesca y contaminación».
pez vela favorito
Especies como el marlín blanco –uno de los depredadores emblemáticos del Océano Atlántico llamado también pez vela– sufrieron mucho durante los años 1970.
Flotillas comerciales de atuneros solían capturar sin querer el marlín blanco y azul en sus redes, lo cual causaba daños importantes a la especie que más amaba Ernest Hemingway.
Este es un punto que confirma David Die, biólogo marino de la Universidad de Miami.
«Yo creo que Hemingway será un conservacionista», dice el científico español.
«Como toda la gente de su época, pescando mostró su amor por la naturaleza, su amor por el mar, su amor por sus peces. Eso hacia todos los conservacionistas de su época».
Para el profesor Die, el contenido de los cuadernos puede resultar invaluable y contener una «lista de intercambios relativos en el tamaño y la abundancia de los peces durante un período del cual disponemos de más información».
Legado cultural y científico
En esta ocasión, los científicos estadounidenses no tuvieron acceso a los diarios del autor -documentos viejos y frágiles- de que parte del patrimonio cultural de Cuba se conserva en hábitats especiales para protegerlos de la humedad y el suelo de la isla.
Solo los conservadores especializados están autorizados a tocarlos.
Pero los expertos confían en que podrán estudiarlos en el futuro.
«Estoy seguro de que Hemingway quería quería que estos recursos se mantuvieran para nuevas generaciones, y que le hubiera gustado saber que esta información que recogía para gestionar estos recursos», dice David Die.
La cultura es una de las áreas en las que más colaboración se ha habituado entre Estados Unidos y Cuba desde que Washington cortó relaciones diplomáticas con la isla comunista, alrededor del año que Hemingway huyó de Cuba para sempre.
La misma Finca Vigía es un buen ejemplo.
La casa que inspiró uno de los escritorios más importantes del siglo XX ha sido cuidadosamente conservada por el gobierno cubano, con el apoyo de la Fundación Finca Vigía en EE.UU.