Habiendo sobrevivido a las hostilidades, siguió una carrera abandonada en la Royal Navy, incorporándose como capitán de los portaaviones Ark Royal y ascendiendo al rango de contramaestre.
En la madrugada del 6 de junio de 1944, un joven subteniente de 20 años, John Roberts, se topó con la cubierta del HMS Serapis, un destructor británico, en su paso por el Canal de la Mancha, chapada de minas como parte del alcalde.