Desde el 2000, cuando las compañías de videojuegos decide apostar e invertir en el desarrollo de juegos y plataformas que permitan sus habilidades multijugador, hasta la actualidad, la industria de los esports ganó masa, sofisticación y el apoyo incondicional de las marcas: uno de los grandes motores para que los deportes electrónicos sigan desarrollándose y creciendo.
A diferencia de otros esports, el automovilismo virtual, también conocido como carreras de simulación, vino a poner en jaque lo que comúnmente denominamos «realidad». Gracias a la innovación de los simuladores de carreras, el simracing ofrece experiencias cada vez más inmersivas y reales, volviendo difusas las fronteras entre lo físico y lo virtual. Por ejemplo, vea cómo el Turismo Carretera Futuro (TCF) tiene las mismas reglas que el Turismo en Carretera tradicionales y los mismos anunciantes, pero con un salto de innovación en los autos que compiten en esta categoría.
¿Qué es ser un jugador profesional de videojuegos?
En este sentido, hoy los simuladores de carreras pasaron de ser una formación de entretenimiento para los aficionados a convertidor se una herramienta de entrenamiento poderosa de los mejores pilotos de Formula 1. El nivel de mejora permitió que no existieran diferencias entre lo que pasa en un simulador y lo que succede en la pista. No se trata de elegir entre una experiencia o la otra: hablamos de dos formas diferentes de vivir el automovilismo que están cada vez más conectados y que, incluso, pueden ser y son complementarios.
Murió el expiloto Roberto Urretavizcaya tras estar internado por un accidente de tránsito
Por ejemplo, muchos de los pilotos que compiten en torneos de simracing tienen la posibilidad de correr en una carrera física en caso de salir ganadores. Esto nos lleva a pensar que ya no se trata de un juego: el Simracing es un poderoso deportado que se siente real y tiene un impacto significativo en la vida del practicante.
Ya lo vimos en la pandemia. Cuando las carreras fisicas se suspendieron por el aislamiento preventivo, el Turismo en Carretera y ahí Excelente TC2000las categorías más populares del país, encontraron en los esports el soporte ideal para maintener vivos a pilotos, patrocinadores y fanáticos.
Fronteras entre el automovilismo virtual y las carreteras
En ese momento se crean los campeonatos TC y TC Pick Up, de los cuales participan pilotos profesionales que corrieron desde sus casas con simuladores de manejo. El exito de las carreras de simracing, que se emite en la televisión abierta se refleja en los picos de rating que, incluso, superaron los niveles de audiencia de una carrera convencional. Esta experiencia llevó a trabajar en el desarrollo del TCF, una versión moderna y tecnológica de lo que va a ser la máxima categoría del automovilismo en su versión real.
Por un lado, el simracing significa una oportunidad para los jóvenes que sueñan con ser pilotos pero no tienen los recursos necesarios para cumplirlo en una pista física.
De acuerdo con cifras de Turismo Carretera, hasta el año pasado, un piloto tenía que invertir unos 4 millones de pesos para correr en una pista física, considerando algunos gastos como el auto, el motor, el servicio técnico, la publicidad, entre otros. en cambio, armar un simulador de carreras «en casa» es mucho más accesible e, incluso, existen autódromos virtuales para ir a divertirse, entrenar y competir.
Por otro lado, este esport es una gran oportunidad para las marcas, les permits legar de una manera más orgánica y original a las nuevas generaciones de aficionados y corredores. En este sentido, muchas de las marcas que patrocinan competencias virtuales tienen su correlato en el automovilismo físico porque pueden asociarse a este mundo de muchas maneras: desde patrocinar un campeonato nacional oa un «simracer» (corredor virtual) hasta crear competencias propias dentro de las ocupado.
Sin duda, el simracing avanza a paso firme y consolida cada vez más en el imaginario social como parte de la cultura del turismo carretera nacional.