Trabajar todo el día, pedir un crédito y pagar cuotas razonables Durante treinta años por una vivienda fue, alguna vez, un plan posible. De hecho, ese fue el sistema que permitió el crecimiento de l’acceso a la casa propia desde 1947 hasta el 2001. Sin embargo, desde hace dos décadas cada vez menos argentinos pueden fantasear con esa idea y así lo acaba de confirmar el último dato que se difundió del censo. Según el Indec, en la actualidad, el 34.5% de los ciudadanos no son dueños de su hogar.

La conclusión presurada que se hizo del dato fue el aumento en la cantidad de inquilinos. Sin embargo, los expertos consultados por NOTICIAS insisten en que eso no obstante es así. El economista y autor de «Dueños o Inquilinos», Francisco González Roucoexplicó: «El dato es parcial porque no sabemos qué está pasando con otros regímenes de tenencias».

En el mismo sentido reflexionó María Victoria Boixdirector del programa Ciudades del CIPPEC: «De las investigaciones que hicimos se déprende que hay alrededor de 2 millones de hogares que no tienen una tenencia regular. Puede pasar, por ejemplo, porque las cuestiones sucesorias en Argentina son muy burocráticas. De todas formas , el dato del censo es lo suficientemente significativo como para comprender la realidad de acceso a la vida en el país”, dijo.

¿Cómo se puede medir concretamente esa crisis? Una de las variables es la participación de los créditos hipotecarios en el Producto Bruto Interno (PBI). En el segundo trimestre de 2022, este tipo de financiación representa solo el 0,59% del PIB. En uno de los mejores momentos, antes de la crisis de 2001, esta cifra ascendió al 5,8%. Y aunque los famosos créditos UVA habían elevado la cifra a 1,5%, la inflación, la crisis y la pandemia fueron paso atrás.

Si se compara esta variable con lo que ocurre en otros países de la región, la situación cobra todavía más dimensión. En Chile, por ejemplo, los créditos hipotecarios representan el 28,1% del PIB. casi 50 veces mas que en nuestro pais.

«In Argentina siempre tuvimos números muy chicos, pero hoy estamos en el peor nivel de la historia desde que los podemos medir», subrayó González Rouco. madera Insistió en que tan bien en los últimos años «hubo buenas políticas habitacionales», como se sumará a la Renabap o programas como «Mi pieza», «cuando se miran los números intercensales no se movió la aguja».

Casa propia: Procrear, UVA y creditos hipotecarios

Para los sectores medios -y ni hablar bajos- comprar una vivienda es imposible. Con salarios cada vez más devaluados y un mercado devaluado, buena parte de quienes sí lo consiguen lo hacen gracias a una herencia o por una especie de golpe de suerte. Hay bancos privados que, por ejemplo, por estas semanas están otorgando creditos hipotecarios a sus empleados y todavía quedan algunos pocos que estrenaron hogar gracias al procrear oa los creditos UVA.

If alguien quisiera poner billete sobre billete, should dedicar toda su vida laboral solo a comprarse una casa: «El ingreso medio que se requiere para aquirir un inmueble cambia mucho de ciudad en ciudad, pero el informe inmobiliario de 2020 dijo que se necesita 18, 5 años de salarios medios para llegar a comprar 40 metros cuadrados en la Ciudad de Buenos Aires. madera.

mucho madera ven González Rouco vamos a insistir en que UVA es lo mejor de lo que son viables los creditos. So much hubo un momento en el que el aumento terminará polémica, los índices de morosidad son prácticamente nulos, lo cual demuestra que las personas lo pueden pagar a pesar de los ajustes por inflación.

Para la económica, además, hacer la diferenciación entre UVA y Procrear hoy no tiene sentido. «procrear se volvió una marca y no un tipo de programa. El Procrear del período de Alberto Fernández tiene un diseño financiero más parecido al de los UVA de los años de Macri que al Procrear de los tiempos de Cristina”, agregó.

Vivienda propia, ¿qué condiciones?

Desde el CIPPEC insiste en que a la hora de plantar el problema de la crisis habitacional es clave ver también qué sucede con las condiciones de vida de la gente. Solo por citar algunos de los últimos datos difundidos del censo: en el 58,4% de las casas se cocina con gas de red o electricidad. El restaurante utiliza garrafas o leña. Las viviendas con agua potable representan el 85,4% y con conexión cloacal, el 62,6%.

“Son cosas que quizás se den por sentadas. Pero cuando observes cuántos quedan afuera notás que la cifra es muy alta y eso te genera más desigualdad. del agua. No se puede no mirar eso”, subrayó Madera.

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