Nicolás Jarry, un gigante de 28 años que juega tenis con buen criterio y que tira con voleibol, levanta el puño y festeja en las semifinales de Buenos Aires. Ampliando la activación de Chile.Paso a paso y con entereza en los instantes de claro que han planteado, la torre finalmente redujo a Carlos Alcaraz, quien en ningún instante dejó de sentirse cómodo porque el rival le ha imputado su plan; Esto es, sin ritmo ni debate, no más dolor, garrotazo a garrotazo. Agresividad al cien por cien. Cada pelotazo cargó de carrera y ahora (7-6(2) y 6-3, tras 1h 55m) una victoria relumbrón por expediente propio, tras pasar el curso y colocarse en apuros en Murciano en Brasil y también en Wimbledon. En consecuencia, el número dos del mundo es despreciado por Argentina, donde triunfó en el pasado, e intentará hacer fortuna la próxima semana en Río de Janeiro, segunda estación de tierra.

Alcaraz ya no se conformó con la calidad que anhelaba, ni con la rebelión final, cuando estaba en contra de su guardia y en una situación limitada. Globo espectacular, público de tarta, ilusión. Siempre hay agua. Penalizado por pellizco en la primera parte del juego, si revuelvo nada más empiezo en la segunda, romper Llegó, pero inmediatamente respondió Jarry, emergiendo, y de él aumentó un punto más del bombardeo. Sin dudas en las espinillas, decido, dirijo el duelo donde más me interesa y al español, disminuyendo con el saque, hacia el terreno de la irregularidad. Sin terminar de soltarse Alcaraz y amando también con la reacción merced a dos opciones de rotación en el recto final, Chile lo anuló con determinación y consolidó la productividad de su servicio para afrontar el premio con merecimiento. Este domingo se verá el título (20:00 horas, Movistar+ Deportes) con el argentino Facundo Díaz, superior a su compatriota Federico Coria (6-2 y 6-3).

“Carlitos es uno de los mejores, por eso está sumamente feliz. La tercera fue la revancha”, celebró Jarry, un 1,98 que se pega fuerte a la pelota y que sabe enfrentarse a los peleadores más grandes. Así recuerda este triunfo, el quinto de su carrera ante los jugadores del top-5 y la octava ante 10 mejores. Suspendido en 2020 por un mes por el consumo de metabolitos —por la ingesta de vitaminas contaminadas, reconociendo la Federación Internacional (ITF) de inocencia pero sin perdonar el castigo—, recuperó en él el terreno perdido retadores y desde hace un par de años he respondido hasta el vigesimoprimer peldaño del clasificación, incluso en el caso de coronar la subida final al puesto 17. Además, en esta última intervención firma ahora una meritoria victoria que supone la despedida de Alcaraz del torneo que ganó este año. El murciano marcha con tres partidos en la escalera —Ugo Carabelli y Andrea Vavassori en la escalera anterior— y con la sensación de no tener derecho a dar con la solución.

“Para mí fue una situación difícil, por muchas cosas”, analiza El Palmar. “Hay muchas cosas que mejorar. El nivel lo tengo que sufrir, él jugó buen tenis, pero estoy en un nivel real. Me preparó bien, físicamente me conoció bien, pero este es un duelo salvaje. Si sabes leer mejor los partidos, me voy de ahora en adelante, sigo haciéndolo bien, nada más”, continuó en línea autocrítica. “Fue un torneo complicado. Es el primer torneo en tierra batida en mucho tiempo y también me encontré en el nivel de tenis, pero jugué contra jugadores bastante incómodos. Hoy le resultó difícil incorporarse al partido y tuvo oportunidades que no aprobó. el atar No lo jugué bien y ahora estoy en contra. A nivel de concentración tengo altibajos que no puedo permitir”, zanjó Alcaraz, que debutará en Río de Janeiro, el martes o el domingo, ante el brasileño Thiago Monteiro (118º).

PECADOR, FINALISTA EN RÓTERDAM

ANTES DE CRISTO

En primer plano, Jannik Sinner no logra alcanzar el mínimo y se mantiene al máximo esta vez: 11 salidas, 11 victorias. Ningún error oficial. El último frente del holandés Tallon Griekspoor, hizo 6-2 y 6-4. De esta forma, el italiano, reciente campeón en Melbourne, se enfrentará en la final del domingo (19.00 horas) al australiano Alex de Miñaur, que venció a Grigor Dimitrov por 6-4 y 6-3.

Sinner, de 22 años, aspira a su segundo título del año y la luna pasará a ser el actual número tres, en detrimento del ruso Daniil Medvedev. Con 11 trofeos en su palmarés, ahora estará por delante de Miñaur y poco a poco va cogiendo regularidad. Exteriorizará la condición de 10 mejores y jugará la final número 15 de su carrera.

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