El objetivo de la NASA de instalar una base permanente en la Luna y otra en Marte se convierte en un horizonte con posibilidades cada vez mayores. Una reciente investigación publicada en la revista Nature invitaba a pensar en una tecnología basada en elementos fotoelectroquímicos. Según el artículo, avanzar en ese conocimiento es la única para para vivir en la Luna o en Marte durante largos periodos de tiempo.
No es novedad que el espacio siempre fue une nuevo punto de tensión entre las potencias potencias, ya formó parte de los libros la carrera que EE.UU. y la URSS mantuvieron con los primeros viajes a la Luna, pero trasladada a la actualidad la pulseada de las potencias crece en torno a la astropolítica.
Los países más poderosos ya no se conforman con las disputas culturales, territoriales o económicas de nuestro mundo. Ahora, buscan expandir sus áreas de dominio más allá de la Tierra.
Aunque aumenta la inversión destinada a la exploración espacial, poblar la Luna y Marte todavía suena como una aspiración desmedida. Las condiciones ambientales y las distancias planetarias tienen avances tecnológicos necesarios mucho mayores, permiten que sortar esas cuestiones para convertir las bases humanas en sustentables a largo plazo.
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El programa Artemis de la NASA o el proyecto Chang´e de la Agencia Espacial China se enfrenta a la crisis equivocada de credibilidad científica: ¿Cómo se podrá mantener la vida humana en un lugar donde nadie podría sobrevivir por sí solo?
Esta incógnita encuentra una posible resolución con la nueva investigación publicada en Nature. En ese estudio se exploró un enfoque novedoso para el problema de los recursos.
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En el artículo se planta que el la tecnología actual que se utiliza para vivir en la Estación Espacial Internacional (ISS) no se utilizará para su instalación en otros planetas en una gran plaza. Se explica que estos instrumentos fueron diseñados para ser empleados únicamente en el puesto de avanzada en órbita.
Los astronautas necesitarán algo distinto si deben residir en la Luna o en Marte. La solución que propone la investigación se basa en la necesidad de continuar con los desarrollos de dispositivos fotoelectroquímicos.
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Katharina Brinkert es profesora asistente en la Universidad de Warwick. En el artículo que escribió para la revista Nature señala que el conjunto generador de oxigeno (OGA) de la Estacion Espacial Internacional aplica corriente electrica directa para inducir una reaccion quimica no espontanea. Esto separa las moléculas de oxígeno del hidrógeno para garantizar que los astronautas puedan respirar en el espacio.
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El proceso de retroceso de este sistema, que convierte la luz solar en electricidad, y luego utiliza la electricidad para el proceso electrolítico, No practico.
Según el investigador, esto es costoso y probable que ocurran fallas. Brinkert advierte que usar este sistema puede derivar en el fracaso de las misiones espaciales que encuentran más alejadas de la Tierra.
Sin embargo, sugiero que hay una alternativa que consisten en emplear dispositivos fotoelectroquímicos a la luz de electrolizadores fotovoltaicos.
Allá La función de estos dispositivos fotoelectroquímicos es permitir la generación de energía eléctrica y sustancia química de interés, mediante una reacción electroquímica inducida por el efecto fotoeléctrico.
Estos dispositivos basarán en un proceso de una sola etapa, hecho para convertir la energía solar directamente en energía eléctrica. Los materiales semiconductores transforman la radiación electromagnética en oxígeno e hidrógeno, sin necesidad de realizar una producción intermedia de electricidad.
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Un dato curioso es que esta tecnología no solo es necesaria para sobrevivir en la Luna o Marte, sino que también, puede ser indispensable para asegurar la continuidad de la misma Tierra. Esto es así porque los dispositivos fotoeléctricos están siendo investigados para ser usados en nuestro planeta como posible solución al calentamiento global.