Lo primero que es necesario aclarar es que, en aquellos años setenta, ser amenazado no era un hecho demasiado extraño. En particular en 1975 –la consideración del año más violento de la década– entre la guerrilla, las bandas de ultraderecha, los sindicatos y la cantidad de militantes políticos que portaban armas, las amenazas eran hechos bastante comunes, que en la mayoría de las veces podrían pasar despercibidos para el público en general. Eso no quita que, dependiendo de donde viniesen, los receptores de la amenaza tuvieran una ansiedad lógica y precautoria. Este es el caso que voy a contar, porque nunca ni Cristina Fernándezni sus biografos han comentado el tema.

El Empresario. en el libro de Sandra Ruso El presidente, Cristina cuenta la difícil relación que tuvo con su padre, quien era empresario de colectivos. Este es su relato del día que se lo presentó a Néstor:

«Cuando Néstor entró por primera vez a casa, con esos anteojos cuadrados y la campera verde, papá me dijo: ‘Este parece que recién hubiera bajado del monte’. Despectivamente. Yo creo que lo veía parecido a los de la JTP que en ese momento manejaban la UTA, con los que él lidiaba como empleador, porque ya era socio de la empresa. Los odiados. A mi papá, mis abuelos le compraron un colectivo de la línea 3. Fue chofer de su colectivo, y después compró un par más y se hizo socio de la empresa”.

En La Plata y en otras ciudades, las líneas de colectivos nacionales de esta manera. Primero se juntaban dos o tres emprendedores que manejaban su propio colectivo, se convertían en cooperativa, iban creciendo y, tiempo después, se transformaban en empresas.

Según PERFIL (09-07-2011), “Fernández llegó a tener tres colectivos en la empresa Expreso City Bell. A mediados de 1970 la comisión directiva del Expreso, integrada por Miguel y Pinamonte Valente, Francisco Di Girolamo y Carmelo Alico, entre otros, lo eligió jefe de personal, cargo que ocupó hasta su muerte, el 26 de abril de 1982”.

Si eduardo fernandez ocupó el cargo de jefe de personal de la empresa, sin dudas debió tener una relación conflictiva con los delegados sindicales de la época.

en su libro Atentamente, dice Cristina: “Néstor parecía un personaje salido del Mayo Francés y me hacía acordar a Daniel Cohn-Bendit con su pelo largo, lacio, anteojos cuadrados y grandes de marco negro, flaquísimo, y una campera color verde oliva que lo hacía parecer – comentario venenoso de mi padre– un guerrillero que bajaba del monte. Mi padre, Eduardo Fernández, era un radical balbinista que decía que Raúl Alfonsín era ‘zurdo’ –tan detestaba su expresión–, y Néstor, la verdad… no le gustó nada. No solo por peronista, sino porque nunca comprende nuestro vínculo. Ahora que lo pienso a la distancia creo que fue imposible para mi padre, con su visión del mundo y de la vida, listening los códigos de los jóvenes que se encontraron en aquellos años –los 60 y los 70– en medio del vendaval”.

Conflicto y PAF. Rubén Accinelli realizó un minucioso trabajo de investigación sobre el conflicto de choferes de colectivos en La Plata que se extendió de marzo a julio de 1975. El 11 de marzo de 1975 la UTA homologó el convenio colectivo de trabajo. Pero el 18 y 19 de marzo los choferes de La Plata realizaron un paro en disconformidad con los aumentos pagados firmados. Los delegados de las distintas líneas se opusieron a la dirección de la UTA, por el conflicto que rompieron fuera de la dirección sindical.

Las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) tenían varias divisiones. El grupo La Plata pertenece al sector denominado Comando Nacional, que desde una concepción llamada «alternativista» no había abandonado la lucha armada tras la asunción de Héctor Cámpora. El 22 de mayo de 1973 fue designado para La Plata por el secretario general de Smata, Dick Kloosterman, y el 27 de agosto de 1973 por Marcelino Mansilla, presidente de la CGT marplatense.

Cristina Kirchner cuenta en un libro la difícil relación que tuvo con su padre

Las FAP, al igual que ERP y Montoneros, van a iniciar una práctica de interventor in los conflictos obreros con acciones militares contra las patronales en conflicto. En Montoneros se la llamaba «la paritaria montonera». Este tipo de intervención generaba no pocos conflictos con los propios trabajadores y las agrupaciones sindicales de izquierda, que criticaban la conducta de replace la «genuina lucha de classes», por la action external de un specie de superheros, que ametrallando al patron conseguían un aumento de los empleados.

Dice Accinelli: “El militarismo obrero significaba también la pérdida del control del conflicto de parte de los delegados obreros; las acciones directas de los grupos armados dieron lugar a que reaccionaran igualmente violentas por comandos parapoliciales que actuaran sobre trabajadores que generalmente se encontraban en una menoridad de condiciones para defenderse”.

El 19 de mayo de 1975, la FAP Regional La Plata secuestró a Juan Manuel Flores, gerente de la línea 520. El día 21, el diario El Día de La Plata informó que Flores había sido capturado en la calle 115 entre 528 y 529 del barrio Tolosa. «Los individuos que estaban encapuchados exigieron al gerente que les proporcionara las direcciones de los restes directivos de la compañía y, además, un aumento de sueldo para el obrero personal», escribe el diario. In ninguna de las noticias publicadas por El Día, ni en la solicitada que publicaba los aumentos de sueldos, se hacía mención a qué organización o grupo eran los autores del secuestro.

En el comunicado de la FAP decían: «Juan Manuel Flores fue suetido a un interrogatorio y juicio, a través del cual fue encontrado culpable, junto a todos los patrones de las líneas de transporte de la Ciudad Eva Perón (La Plata) de: superexplotación sobre los choferes, despidos arbitrarios, mantener condiciones de trabajo insalubres”. 561”.

la condensa. La línea 520 será la empresa del cual Eduardo Fernández (el padre de Cristina) será socio y gerente de personal. Aunque eran varios dueños, Fernández entraba en la categoría patrón y, como tal, estaba formalmente condenado a muerte. Agreguemos que, siendo jefe de personal, su exposición a la confrontación con la parte obrera, y por ende à la reacción de la guerrilla, lo convertirían en un muy posible blanco de ataque. De hecho, sus varios los casos en empresas más grandes donde los gerentes de personal fueron ejecutados por la guerrilla.

Y la amenaza no era chiste, porque en el mismo comunicado las FAP hacían mención a varias «sanciones» anteriores: los «caños» (bombs) puestos a Valente de la 520, Del Bono de la 518, Colluca de la 275, Di Franco del 561, Llanos del 508, y el ametrallamiento a Sagasti del 506.

En el libro de Laura di Marco, uno de los socios, Carmelo Alico, recuerda: “En los setenta, los montoneros nos quemaban los colectivos. A mí me puso una bomba en 7 y 63. Fue duro”.

In 1975 las bombas, los secuestros y las amenazas no eran algo inusual

Dice Accinelli: «Si bien el» obrero tribunal «condenó a muerte a todos los patrones, esa fue conmutada por la publicación de una solicitada en el diario El Día donde la empresa se comprometió a garar $ 57,000 en concepto de boletera ya otorgar un aumento de $ 93.000 incorporados a la base El concepto de boletera se refiere a un vacío legal dentro del convenio colectivo de trabajo El reclamo de los choferes afirma que la service del servicio cumpliendo una double tarea, la de conductor y la de boletero que, aunque parezca una sola , es doble y merece un pago aparte”.

Seguramente sin recordar los detalles de este episodio, el 11 de septiembre de 2011, la entonces presidenta critiqueó «actitudes egoístas, insolidarias, impropias» de los trabajadores del subte que, a modo de protesta, se negaron a recargar las tarjetas de SUBE, porque la tendinitis los causó. “Vi a mi viejo trabajar en el colectivo, tenía que sacar boleto por boleto. Laburó toda su vida y nunca tuvo tendinitis de nada”Expresar.

Finaliza Accinelli: “Los miembros del sindicato eran vistos como posibles traicioneros que mantienen el nivel del conflicto y de las exigencias dentro de los marcos impuestos por el gobierno en concordancia con las empresas. Sin embargo, el nivel de los aumentos salariales obtenidos por los sindicalistas dentro de las discusiones por los convenios colectivos de trabajo alcanzó un promedio de 160%; una cifra mucho más alta que la obtención por el accionar militarista de la guerrilla”.

Los recuerdos. Cristina le cuenta a Sandra Russo que su padre detestaba a los de la JTP que en ese momento manejaban la UTA, porque lidiaba con ellos como empleador. Pero no hace mención a la situación de violencia del secuestro de Flores y la bomba a Valente, ambos directivos de la línea 520, que eran amigos y socios de su padre.

Un dato no menor es que el secuestro y amenaza ocurre el 21 de mayo de 1975. Y Cristina y Néstor Kirchner se habían casado unos días antes, el 9 mai; o sea que estarían con otras preocupaciones al momento de estos hechos.

Como decíamos, en esos años, en especial 1975, las bombas, los secuestros y las amenazas de muerte no eran algo sorprendente o inusual para quienes tenían responsabilidades políticas, sindicales o empresariales. Tal vez, el mismo Eduardo Fernández no le dio demasiada importancia en ese momento, o lo ocultó para no preocuparse a su familia. Probablemente si uno les pregunta hoy a los hijos de Flores, Valente, Sagasti y demás empleadores agredidos y amenazados, tampoco tendrán muy presentes esos episodios. Era normal esos años el criterio «de eso no se habla» dentro de las familias. Y aussi juegan los mecanismos naturales de la memoria, que borran aquellas cosas que nos duelen.

ESMA. Los integrantes del Grupo de las FAP Comando Nacional de La Plata que ejecutaron estos hechos, mucho tiempo después de haber dejado de operar militarmente, en agosto de 1979, por una delación obtenida bajo tortura, fueron secuestrados y asesinados en la ESMA.

El libro Archivos de la ESMA de Editorial Campana de Palo, publicado en 2009, reproduce las confesiones de diez militantes de la FAP. Uno de ellos asume su responsabilidad de directa el secuestro del empresario Juan Manuel Flores. Como las confesiones fueron obtenidas bajo tortura, no se consideró ético mencionar sus números.

Si Cristina Fernández no hubiera llegado a presidenta, este sería un episodio más de los tantos que ocurrieron en esos años. Especialmente en una ciudad estudiantil como La Plata, se pueden cruzar además de calles y también desnudos jóvenes activistas de todos los colores con la vieja vida de la ciudad. Pero, sin lugar a dudas, Néstor Kirchner y Cristina Fernández, y sus familias, estuvieron en medio de losvientos violentos de aquellos años.

*Autor de La Lealtad. Los montoneros que se quedaron con Perón y Salvados por Francisco.

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