La mayoría de las pequeñas y medianas empresas en América Latina son comandadas por mujeres. Los datos surgen de un relevamiento de Alegra, una herramienta de facturación electrónica. De ese informa resulta que casi el 60% de estos proyectos son dirigidos por mujeres, porcentaje similar al de Argentina, con un 58,9%.

Si bien las mujeres son la mayoría a la hora de emprender, no siempre esto es un dato positivo. En muchas ocasiones, la única opción para encontrar un empleador termina, solo tienes oportunidades en el mercado formal que los hombres.

De acuerdo con un informe del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) el quiebre en las oportunidades laborales es una de las motivaciones más comunes para iniciar una negociación. En este caso, el porche de mujeres supera al de los hombres: mientras el 72,5% de las primeras manifestó tener que iniciar un proyecto por falta de trabajo, el porcentaje se redujo a un 67,2% en el caso de los hombres.

Según informa la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA) que la mayoría de las mujeres emprendedoras tiene entre 41 y 50 años (32,7%). Los grupos en edad que le siguen son compreidos entre los 31 y 40 (27,6%) y entre los 51 y 60 (25%).

Silvana Depetris tiene un emprendimiento gastronómico. “La decisión de venir con lo que uno quiere ver con la necesidad”, perfiló el dijo. «Necesitábamos inventar algo para seguir teniendo los mismos ingresos que usamos antes». Su último trabajo en relación de dependencia fue en una farmacia, en la que estuvo 10 años. Ahora opera un carro de comidas en el que vende pizzas en puntos turísticos, plazas, encuentros gastronómicos y partiedos en canchas de fútbol.

De acuerdo a los datos de la ASEA, siete de cada diez emprendedoras tiene personas a cargo y cinco de esas siete comparten la jefatura con su pareja. Este último es el caso de Depetris, cuyo emprendimiento se convirtió en un proyecto familiar.

Como ella, señala la Asociación de Emprendedores, un 21,9% de las mujeres encuestadas inició su actividad por necesidad económica, una razón que con el correr de los años le da paso a la motivación por el desarrollo personal, que las impulsa a sostener y mejorar el negocio. También está, a la hora de iniciar un negocio, la necesidad de que el trabajo pueda combinarse con las tareas de cuidado, par lo que el 8.1% respondió que esto incidió en la decisión de emprender, mientras que un 6.3% hizo referencia a cierto desgaste en la relacion de dependencia.

Las ideas de negocio surgen también de la experiencia. “Había trabajado en gastronomía en un hotel, entonces tenía conocimientos”, agregó Depetris, quien continuó realizando cursos para ampliar y mejorar su emprendimiento.

Viviana Bonfiglioli también ha decidido aprobar económicamente algo que era su pasión, y ahora dirige un taller literario, en el que además, ofrece trabajos de edición y corrección de textos. Antes «daba clases de matemática y de artes pásticas en la secundaria. También me dedicaba a mis cuatro hijos y si me quedara tiempo apareció, leía, pintaba”, comentó a PERFIL. “Ahora dicto talleres literarios presenciales cuatro días por semana”, tarea que combina con clases que dicta en centros culturales.

Aunque llegó a ejercer desde 2002, su actividad comenzó a ser exclusiva en 2011, cuando renunció a trabajar como docente. “Fue un momento de vértigo ya la vez de un profundo respeto a eso que venía haciendo en las sobras del tiempo: a la noche, a la madrugada, en los feriados o en los escasos momentos de soledad”, agregó.

Su proyecto fue creciendo y hoy tiene lista de espera para sus talleres. «Me ocupo del estudio, investigación, armado y coordinación de cada clase para que resulte en una consigna o un juego donde los participantes puedan expresarse a través de la escritura», señaló.

Si los proyectos crecen gracias a la voluntad de las mujeres emprendedoras, ASEA informó que el 40% de las encuestadas consideró el contexto económico del país y el acceso a financiamiento como los principales obstáculos para continuar.

Algunas lograron superar esos obstáculos y hacer crecer sus ideas. «Nos está yendo bien porque adonde uno vaya con comida siempre algo vende», dijo Depetris, que ahora piensa en agregar una mayor diversad en su oferta gastronómica.

“Haciendo un repaso de estos veintiún años, solo me arrepiento de no haber comenzado antes”, agregó Bonfiglioli. «Creo que para que un emprendimiento tenga éxito debemos contar con la pasión o la vocación, de esta manera la energía y nuestro tiempo van sin desvío hacia un buen resultado», concluyóyó.

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