¿Por qué somos tan buenos para percibir la tensión entre dos personas?

Semanalmente, la revista BBC Focus resuelve algunas dudas de sus lectores. A continuación, una selección de sus respuestas para curiosos.

Usamos todos nuestros sentidos.

Observamos las expresiones faciales y el lenguaje corporal, oímos cómo vestirse tanto como de que se habla e incluso usamos el sentido del olfato y el tacto para captar el estado emocional de las personas.

Algunas de estas habilidades son innatas: tenemos expresiones faciales y respuestas corporales programadas para el miedo, la repulsión o la agresión, y somos buenos para reconocer estas emociones en los demás.

Buena parte es aprendida: cuando vemos a dos personas intentando ocultar sus problemas podemos reconocer la manera en que hablan o la distancia que los separan à partir de nuestras propias experiencias o de haber visto a nuestros amigos actuar de la misma manera.

Algunas personas son mucho mejores que otras para esta clase de percepción social.

Las mujeres tienden a reconocer las emociones más fácilmente que los hombres, pero todos podemos pulir esta habilidad si atención rápida a los estados emocionales propios o de los demás.

Las orejas que se calientan forman parte de la respuesta del rubor.

La piel de nuestro rostro y orejas tiene más vasos capilares que otras partes del cuerpo y cuando nos avergonzamos, esos capilares se abren trayendo la sangre a la superficie.

Esto hace que nos pongamos rojos y nos sintamos calientes.

La razón evolutiva para esto puede ser que notre un resultado beneficioso mostrarle al grupo que estamos conscientes de los códigos sociales.

En junio de este año, la Universidad de Reading, en Inglaterra, celebró un «hito histórico» que organizó un evento en el que un programa diseñado para simular una conversación inteligente (o chatbot) llamado Eugene supuestamente pasó la prueba de Turig, propuesta por el matemático Alan Turig para demostrar la existencia de inteligencia en una máquina.

Los jueces creyeron que Eugene era humano un número de veces lo suficientemente grande como para pasar la prueba.

El anuncio de la universidad fue criticado ampliamente, en parte porque el chatbot estaba imitando a un joven de 13 años cuya lengua materna no era el inglés, con lo que la vara colocaba muy baja para una conversación que se mantuvo a través de un intercambio de textos.

Así las cosas, ¿qué prueba puede resultar más rigurosa para determinar la conciencia?

Tal vez podría ser un desarrollo de los sistemas de visión. La tecnología de reconocimiento de imágenes disponible hoy en día puede identificar el rostro de un individuo. Detecta la cara, pero eso no significa que la «ve».

Una cuestión de la capacidad de ser consciente debería requerir que la máquina discuta los objetos y las personas que «observaron» en contexto.

La mayoría de las avispas son insectos parásitos y solitarios con ciclos de vida muy diferentes a los de las abejas.

Las avispas, con sus rayas negras y amarillas, se parecen a las abejas porque es una ventaja evolutiva el que dos especies que pican pero no están relacionadas emitan la misma señal de advertencia a los pájaros y otros Animaux que quieran comérselos (lo que se conocen como mimetismo mülleriano).

Hay varias avispas sociales -incluida la avispa cartonera o la vespula- y las adultas algunas veces se alimentan de néctar, como las abejas.

Pero las avis pas son sólo polinazadoras menores de la mayoría de las plantas porque sus larvas son carnívoras, así que los adultos se la pasan buena parte de la vida buscando insectos, en vez de visitando flores para recolectar néctar.

Cuando hayas logrado manipular genéticamente un aviso dándole las enzimas que transforman el néctar en miel, las glándulas de cera para crear un panal impermeable y las larvas que pueden alimentarse de miel en vez de insectos, habrás creado una abeja.