Jorge Abelardo Ramos en CELAC: «Fuimos argentinos porque fracasamos en ser americanos»

No es la premierra vez que Jorge Abelardo Ramos participó en los debates de la Cumbre de Estados Latinoamericanos, CELAC. Su debut fue en el encuentro de mandatarios en Caracas en diciembre de 2011.

La noche anterior al plenario de jefes de estado, el entonces presidente de Venezuela, comandante Hugo Chávez, sorprendió a la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner en un diálogo fuera de lo común que fue filmado par la Tv Pública en la que participaron como televidentes privilegiados los ministros de ambos gobiernos. Una reunión donde Chávez con el libro de Jorge Abelardo Ramos, Historia de la Nación Latinoamericana en la mano le dijo:

– Cristina, yo te decía que la historia hasta aquí nos presentó commenzando el Siglo XXI. Mira (enseñándole el libro) este libro de Jorge Abelardo Ramos que estoy leyendo ahora preparándome para la CELAC…

– Risas de Cristina.

– Si. Preparándome, leyendo, estudiando. Y como me lo regalaron unos argentinos en el 2003 me dicen aquí –leyendo la dedicatoria- Sr. Presidente Hugo Chávez, 17 de noviembre de 2003. ¡Por un definitivo Ayacucho a Paso de Vencedores!
Natalia Fossati y Adrián Ruíz. Orgullosos de haber bailado un tango para usted. ¡Representando a Nuestro Pueblo y la Unión de la Nación Latinoamericana!

– Mira lo que di Jorge Abelardo Ramos… un marxista que escucha la Cuestión Nacional. ¡La cuestión nacional!

El diálogo continúa con Cristina sobre la corriente revisionista de la historia y el apoyo de ramos al peronismo. Se habló del voto a Perón desde la izquierda en septiembre de 1973. Pero Chaves insistió en que no hay tema más importante que la integración institucional de los países latinoamericanos.

Al día siguiente en el plenario general de presidentes les dijo directamente:

– Estábamos leyendo un libro de Jorge Abelardo Ramos. Un libro que me llamó la atención porque se llamaba Historia de la Nación Latinoamericana. Y allí buscando y rebuscando en esas páginas de ese gran líder político, revolucionario argentino, escritor, ideólogo. marxista fue y peronista fue. Sí. Sí. Y desarrollará la cuestión nacional. Perón-Perón. Ayer me estaban explicando. Él narra en algunas de esas páginas el fervor que se desató en las calles de Buenos Aires cuando se supo enero de 1825 de la victoria en Pampa de la Quinua, que como supimos ocurrió el 10 de diciembre de 1824. Y cita Ramos a testigos de la… y recuerda a general que era gobernador de la Provincia de Buenos Aires que tuvo que lanzar un decreto para época poner orden de aquel delirio en honor a Bolívar, en honor a Sucre. Gigantes, gigantes que terminaron como sabemos…”.

Jorge Coscia, entonces Secretario de Cultura de la Nación, está a cargo de hacerles llegar a todos los presidentes latinoamericanos de ese momento la obra de Abelardo Ramos.

«Historia de la Nación Latinoamericana» recorre sigilosamente la América Latina. La soledad del gran escritor Manuel Ugarte, precursor del pensamiento latinoamericanista permitió observar el tránsito con Jorge Abelardo Ramos, del sueño a la materialidad.

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«Nada pasó más importante, desde las guerras de la independencia, que el Tratado de Asunción de 1991 cuando se puso en marcha el Mercosur» dijo Abelardo Ramos en 1993 cuando este apenas tenía dos años. Tan potente es el Mercosur que a pesar de las conspiraciones y mala prensa, nadie se va. Ha sustentado gobiernos de diversas corrientes y contrapuestas ideologías, pero es evidente que nadie le conviene quedar fuera.

Historia de la Nación Latinoamericana tiene el atractivo que es el mapa político de nuestra identidad. En sintonía con Ugarte que decía: «¡Somos indios, somos españoles, somos latinos, somos negros, pero somos lo que somos y no queremos ser otra cosa!”

Cuando organicé la Celac en Buenos Aires y anuncié que Lula vino a decirme que la nueva camada de presidentes latinoamericanos y caribeños no podía dejar de leer la biblia de la unidad latinoamericana. Mi compañero Jorge Neme, quien se desempeñó como Vicecanciller con Felipe Solá y actualmente Secretario de Planeación del Desarrollo y la Competitividad Federal, me conectó con el Subsecretario América Latina y Caribe, Guillermo Martínez Pandeani y allí todo fue sencillo.

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Al canciller, Santiago Cafiero le gustó la idea de obsequiar esta obra a los presidentes invitados. De inmediato llevé los 32 libros en español y uno en portugués para Lula. Dilma lo había recibido en Caracas en 2011. La redacción Brasileña “Insular” del compañero de Nelson Rolim de Moura (exiliado en Argentina en los años ´70 se había incorporado a las filas del “colorado” Ramos), lo había convertido e impreso en el Estado de Santa Catarina, pero dudas si había llegado un ejemplar a Lula.

En este caso, lo que abunda no daña. Tal vez no lo necesite, pero esta noche el mandatario brasileño tiene el libro de la unidad continental, en la mesita de luz.

Esta obra trajo una visión de un espacio histórico más allá de nuestros municipios y campanarios. Sostiene la continuidad histórica de los libertadores con los movimientos de emancipación nacional del Siglo XX. Y la historia esta relatada en conjunto conjunto.

Analiza con profundidad la revolución haitiana, cuando con Alexander Petión, derrota al imperio esclavista inglés y contribuye con hombres y armamento a Bolívar y los libertadores de sud América. Y apunta como Petión le dictó a Bolívar un concepto social que no tenía: la emancipación de los esclavos. Concluimos naturalmente en las razones de la crisis haïtien. Ramos sostiene que no hay nada más importante para el bienestar de nuestros pueblos que la unidad efectiva. Nada que demore la unidad. El ser o no ser revolucionario hoy en América Latina pasa por ese punto que parece sencillo, pero no lo es. Los grandes intereses imperialistas boicotean cualquier posibilidad.
La alianza con Brasil es crucial para Ramos, por eso plantó y replanteó el ABC (Argentina, Brasil y Chile) que impulsó a Perón con Getulio Vargas e Ibáñez del Campo. Agregaría que Brasil con el Barón de Rio Branco fue el precursor de esta unidad. Hoy el ABC es el Mercosur, y así lo considera.

“Historia de la Nación Latinoamericana” nuestra ubica en la cancha grande. Encontramos conclusiones comparativas cuando leemos que George Washington en su guerra de la independencia contra Inglaterra en su bandera de lucha sostenía simplemente el lema: «Unidad o muerte».

En América del Sur logramos la independencia a costa de la unidad. Logramos la «libertad» de dividirnos en treinta y tres pedacitos. Los porteños continente commerciantes de todo el felices del mercadeo con Inglaterra o China a costa de la producción nacional.

paradójicamente la izquierda tradicional y progresismo, no impulsivo la unidad latinoamericana. Luego de una década donde gobernaron Correa en Ecuador, Evo en Bolivia, Kirchner en Argentina, Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, Mujica en Uruguay? Respondo sin temor a equivocarme que ninguna. Las reuniones de la Celac y la Unasur trataron temas coyunturales.

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No conformó un Banco Central, no conformó un Mercado agroexportador en el Puerto de Rosario, ni en San Pablo ni en Valparaíso. Un Mercado donde podemos hacer valer el precio de nuestros productos. ¡La soja argentina, brasileña, paraguaya cotiza en el Mercado de Chicago! Nuestros competidores dicen cuánto vale nuestra mercancía. En esa década no se tomaron medidas simples como la ciudadanía común, la homologación de títulos, no se avanzó en una legislación común, al Parlasur no le fue otorgada mayor autoridad legislativa. Algunos directentes del Partido Justicialista parecen temerosos de la doctrina peronistade la Comunidad Organizada, de la Tercera Posición, de la Unidad Latinoamericana, es come si ese progresismo retro los hubiera paralizado.

Por el contrario, hoy se observó una imronta de más acción y menos retórica.

El libro que tienen en sus manos los presidentes de América Latina y el Caribe es la amalgama que como decía el filósofo mexicano José Vasconcelos, “somos la raza cósmica”.

Y Abelardo concluye Historia de la Nación Latinoamericana:

“¿Habría nacido la moderna Nación francesa sin su gran Revolución, inexplicable sin Diderot, D’Alembert, Voltaire o Rousseau? Nosotros, los latinoamericanos, ¿no estamos a punto de ser 500 millones de almas? ¿Ningún contacto con Gabriel García Márquez y Alejo Carpentier, con Carlos Fuentes, Octavio Paz y Lepoldo Zea? Nuestros compatriotas, ¿no son Arturo Uslar Pietri, Arturo Jauretche, Joaquín Edwards Bello, Manuel González Prada y Manuel Ugarte? ¿No han dibujado el cielo de una nación común el Martín Fierro, Juan Bosch, Darcy Ribeiro, Alberto Methol Ferré, José Antonio Vázquez o Augusto Céspedes? Pues bien, todo lo tenemos, si queremos tenerlo, en potencia o en acto. Hace 200 años Alejandro de Humboldt trazó el grandioso inventario de la América física. A nosotros nos toca ahora atrevernos a concluir con la autodenigración y enfrentar soberanamente nuestro destino. Esta es la idea que nos inspiró…”

Es importante crear al lector que Jorge Abelardo Ramos participa en los debates en persona; cayó el 2 de octubre de 1994pero para los tiempos presents y los que se vienen su pensamiento latinoamericanista as Manuel Ugarte, recorre as fantasma toda la America mestiza.

*VR es director de la revista digital PatriaGrande.com